La historia de la humanidad es la del cambio. Desde los inicios el Hombre se ha enfrentado a distintos obstáculos que lo han obligado a adaptarse a su entorno. El Covid-19 es una de esas dificultades. De la noche a la mañana comenzamos a trabajar remoto, cientos de empresas cerraron y miles de personas perdieron su trabajo.
En este contexto, la automatización, la adaptabilidad y la capacitación han tomado un impulso inédito, transformándose en claves para enfrentar los desafíos laborales post-pandemia.
¿Cuáles son las proyecciones de la automatización en Chile?
Los procesos de automatización en los distintos sectores productivos se han acelerado este último tiempo. Sin embargo, desde hace años que este concepto es analizado y discutido en todo el mundo, poniendo énfasis en un futuro en que las brechas y cifras de desempleo pueden ampliarse si es que los países no están preparados para la transformación.
En Chile, un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), determinó que un 53 por ciento de los empleos están en riesgo de desaparecer debido a la automatización.
Si vamos al detalle del estudio, un 31 por ciento de los puestos de trabajo tienen un riesgo significativo de perderse, mientras que un 22 por ciento presenta un alto riesgo de desaparecer.
¿Cuáles son los principales desafíos en tiempos de Covid-19?
A pesar de que el panorama mundial se presente hostil para algunos sectores y que las proyecciones laborales no sean positivas. La pandemia nos empuja a crear soluciones y prepararnos para un cambio sustancial en la relación en la relación del humano con su trabajo.
El nuevo panorama mundial requiere un aprendizaje constante del trabajador y de las empresas, sobre todo pensando en el aumento dramático de la automatización en el mundo debido al Covid-19. Ya no se trata de estudiar una cierta cantidad de años para luego trabajar, el ritmo salvaje de los cambios que hoy vemos, compele a estar permanentemente estudiando y adquiriendo nuevas habilidades.
Es justamente en esa línea, donde la capacitación continua toma una mayor preponderancia en el desarrollo productivo.
Algunos de los beneficios de seguir formando a los trabajadores son, generar un mayor desarrollo profesional, mejorar la productividad, atraer a los mejores profesionales y retener el talento, entre otras.
En definitiva, es necesario asumir la automatización y sus consecuencias como una oportunidad que significa la creación de nuevos espacios y áreas de trabajo, que tienen como base la modernización.
Adaptación, un objetivo
Otro importante desafío es la adaptabilidad en tiempos de pandemia, cualidad humana fundamental, que se traduce en la capacidad de las empresas para reorientar la forma de actuar en pos de alcanzar los objetivos ante nuevas situaciones.
En una época de riesgos e inestabilidad, la globalización y las nuevas tecnologías exigen que las empresas tengan sus antenas sintonizadas con las señales de cambio del entorno externo, y que puedan decodificar estas señales para, reajustar el panorama de su industria.
Si las empresas no se adaptan, es posible que tengan mayores dificultades para competir con los actores de su industria. Una organización que invierte esfuerzos para garantizar las competencias de su talento humano es una organización que se está adaptando a los cambios y que comprende los cambios no como una amenaza, sino como una oportunidad.
Es necesario asumir la automatización y sus consecuencias como una oportunidad que significa la creación de nuevos espacios y áreas de trabajo, que tienen como base la modernización.
En conclusión, la automatización y capacitación de la fuerza laboral deben entenderse como un solo proceso, el cual se enmarca dentro un gran cambio cultural en que los gestores de capital humano deben construir y desarrollar en sus organizaciones.
